El
día lunes 04 de marzo del 2013, gracias al Ministerio de Educación, iniciaron
las labores escolares, por suerte llovió un día antes y para algunos
supersticiosos eso basto para faltar ese día; la gran mayoría, con madres de férrea disciplina militar,
obligadamente tuvieron que hacerse presente ese primer día de clases.
¿Quienes
no recuerdan su primer día de clases?, detestable para algunos (me incluyo),
maravilloso para otros (los odio); el uniforme limpio, los zapatos radiantes y la milimétrica raya al costado.
Esa
mezcla de vinifan y pan con huevo que te daba tu madre para que tengas energías
y nutrientes necesarios e indispensables para poder asimilar los conocimientos.
Que
más quedaba que ser parte de esa uniformidad escolar, el saludo infinito de
compañeros de clases y educadores ávidos de compartir sus enseñanzas. La inflexible
y castrense formación de los lunes, el canto de los himnos (de la patria, de la
bandera, del colegio, de la provincia, del distrito, de la juventud, había
himno hasta para la señora que atendía el kiosco). Si tu colegio era católico,
media hora mas de formación entre credos, salmos, jaculatorias (no se la
sabían, por ejemplo Sagrado Corazón de Jesús, respondíamos en voz confió).
Y
es que el colegio era un mundo distinto (lo sigue siendo), con reglas y códigos de honor propias de las mas
ricas culturas que a dado la humanidad. La traición, el negarle la información
en el momento preciso al compañero (la copia), era un acto abominable castigado
con el destierro a la hora de educación física, nadie te escogería para
integrar las filas de su DREAM TEAM y en el caso de las chicas para entablar
esas conversaciones alturadas en las gradas del coliseo (rajes en resumen).
Asumir
valerosamente la culpa por un acto de “histeria colectiva” será recordado por
generaciones; nunca estarás dentro del cuadro de honor, pero tu nombre será
cantado de aula en aula, de grado en grado, de pasillo en pasillo hasta
alcanzar la inmortalidad.
El
colegio es pues esa etapa que obligadamente debe pasar cada individuo con
aspiraciones de convertirse en hombre, el colegio moldeara tu carácter, pulirá
tu personalidad y grabara en tu alma el valor de la amistad.
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